Y así, como quien cambia de bombacha, yo soy de las que cambia de trabajo y de carrera todo el tiempo. Y eso que no me divierte tanto sentirme como el primer día de clases y hacerme la simpática cada vez que vuelvo a empezar. Exhalo una carrera que pude terminar y me siento un poco más liviana, dejando en el armario ese título lejano. Pero todavía quedaba más. El año pasado volví a mis raíces, y hoy estoy feliz de haber podido embarcarme en lo que siempre fui yo, y no había sabido o querido ver. Seguramente por temor.
Por otro lado, abandoné al Dr. en Leyes y conseguí un laburo un poco más copado, que si bien no es lo que quisiera elegir, no está nada mal.
Día de clases otra vez, pero con mis compañeros del año pasado en el aula, y otros 400 desconocidos en el plano laboral.
Pero siempre, con mi compañero de fórmula.
lunes, 1 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
yo tambien quiero un compañero de formula
ResponderEliminarquizás empezar cosas nuevas seguido sea lo que te mantiene tan joven
ResponderEliminarEsssa! se agradece el comentario
ResponderEliminar