viernes, 17 de abril de 2009

Delicioso incienso de sábados

No quise gritar más.
Me aturdía el ardor de las cenizas muertas y gastadas y
Me abrumaban mis miedos convencionales vestidos de caníbales hambrientos.
Nadaba por tempestades en gárgaras de pantanos sucios.
Siempre nado,
Y vos también.
La fuerza de la gravedad nos encontró acá.
El encanto que nos iluminó, hizo que la miel tentara los sentidos del brujo.
Olvidé los ecos de todo escándalo y distorsión.

Y finalmente los núcleos se encuentran en un circuito de plumas.
Volamos hacia el olimpo azul con los ojos abiertos y los labios eléctricos.
Nos suspendemos y transportamos en el viaje divino, entre dos espasmos explosivos.
Llevame, Amor.
La superficie nos mira, nos cura.
Mis lunas se condensan y desmayan.
Quedémonos un poco más.

11/2004

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